Después de todo lo que hemos aprendido y recordado sobre la paz, estamos preparados y preparadas para juzgar a los piratas y su comportamiento con las personas de su época.
Mis niñas y niños están completamente seguros de que no eran personas pacíficas ni hacían la paz. Sin embargo, han dudado mucho cuando se trata de saber cómo se comportaban con sus compinches del barco.
Y es que tenían un código entre ellos que tenían que respetar si querían convivir juntos durante tanto tiempo; unas normas que, generalmente, imponía el capitán y que respetaban todos:
- No hay que ser chivatos
- Los amigos son mi familia
- El barco es mi casa y la cuido como tal...
Como mis niños y niñas también tiene normas en la clase, lo han comprendido rápidamente. Así que lo único que nos falta para ser un poquito piratas es ponernos nombres piratas.
Espero que os gusten.
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