¡Vaya mala pata!.
Justo el viernes pasado cuando llegué a mi casa Pepe y Pepa comenzaron a hacer capullo de seda. ¡No podía ser! Mis niños y niñas llevaban varias semanas esperando para ver este momento y se lo están perdiendo, pensé.
Así que, cuando llegamos el lunes por la mañana al cole sus caritas eran increíbles. No podían creer que ya hubieran desaparecido...
Me pidieron de todo: que abriera los capullos, que comprara gusanos nuevos... pero poco han ido asimilando que ese es el ciclo del gusano y que sólo nos queda esperar a que se produzca el milagro y salgan las dos mariposas.
Espero que no tarden mucho.
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