¡Me gusta la lluvia!

El lunes llegamos a la clase y nos encontramos al monito Gugú al lado de un charco en medio del corcho. ¿Qué ha pasado?¿Qué es esto?¿De qué es este agua?

Tardamos unos instantes en darnos cuenta de que era una pegatina. ¡Vaya susto! ya nos habíamos creído que la lluvia del fin de semana se había entrado en la clase.

Así que a raíz de esto nos hemos interesado muchísimo en si va a llover otra vez. Hemos aprendido a reconocer nubes de lluvia y el viento que la acompaña. Todos los días miramos al cielo y lo comparamos  con las fotos ¿Cuál se parece más?...

Para saber mucho más del agua del lluvia y de su viento, el jueves y el viernes hemos hecho dos talleres de experimentos.

El jueves experimentamos con el agua y pudimos comprobar que si la calienta el sol (en nuestro caso el microondas) las gotitas suben al cielo (en nuestro caso a la tapadera de la cacerola); y si se enfría caen en forma de lluvia. Probamos el agua y descubrimos que: NO SABE A NADA, NO HUELE A NADA Y NO TIENE COLOR. Le añadimos azúcar, sal y colorante y comprobamos que efectivamente cambiaba. ¿Cómo es el agua de lluvia?¿Cómo es la de la playa?...Por último, picamos gotas de agua que pegamos en los cristales del pasillo, para acordarnos de lo que hemos aprendido.

El viernes experimentamos con el aire y con el viento. Comprobamos que estamos rodeados de aire que sirve para respirar, llenar globos y otros objetos y que cuando lo movemos, con la mano, con la boca o con algún objeto, produce viento... de otoño, decimos nosotr@s. Así, movimos trocitos de papel, el pelo, la ropa... pero no pudimos mover otras cosas más pesadas y grandes como muebles o niños. Pudimos mover con el viento un remolino de papel pero no conseguimos volar la cometa porque en el patio no se movía el aire. Para terminar, movimos gotitas de pintura con nuestro viento de la boca y una cañita y conseguimos un precioso cuadro.

 

Las fotos están desordenadas. Lo siento.